31 mayo 2013

El "Blog" de Pardina I

 Hoy rebuscando, he encontrado el "blog" de los lugares de mi padre. Intentaba buscar alguna de las fotos  de las que yo salia de pequeña dando mis primeros pasos por la montaña, pero desconozco si existen siquiera.


No obstante viendo algunas de las páginas; hay unas cuantas que salvo porque son en blanco y negro y foto casera (reveladas por el mismo), podrían ser perfectamente de las mías, ya que algunas incluso coinciden, yo también las tengo. Salvo los glaciares, poco cambia la montaña, menos mal. Otras sin embargo, aun tengo que progresar muy mucho para lograr hacerlas, todo se andará o escalará. 

También he encontrado esta muestra, que sí que me recuerda, a los primeros pasos por la montaña. 










































En ese ibón, (el pequeño de los Batiselles), aprendí muchas cosas, a llenar la cantimplora (pepita) de agua y añadirle gaseosa del tigre, a preparar unos buenos bocatas de queso; cómo aparecen las sendas, muchas cosas sobre constelaciones (que no recuerdo). Cómo fabricar puentes para cruzar al otro lado del río sin meter la pierna dentro (esto parece que se me ha olvidado, ya que me suele pasar a menudo). La diferencia entre un refugio guardado, y uno que no lo está y porqué en éste hay sobres de espaguetis  y botellas de cristal vacías que portan velas. Lo que roncan los compas de habita en el refugio (ahora siempre música o tapones). Para que sirven los mojones. Y que es un ibón. Que es el Aneto, o el Perdiguero, mirarlos en el mapa.  Y los porteos a burro. El saludar a lxs que te cruzas, aunque ellxs lo hagan en otro idioma. A que saben los hayucos, Y porque hay tanta vaca suelta por los prados de encima el bosque. Y posiblemente muchísimas más cosas.


Me iría ahora tan ricamente a dormir por ahí, y lavarme la cara contemplando (una aguja de Perramó, por ejemplo), aunque no podría cenar peces, que yo paso de subirme una caña hasta ahi y no se pescar. Tampoco puedo hacerlo logísticamente, no vehículo = (poca selección de viajes, y/o extracaros); y subirme a ese sitio en concreto a dormir sola ahora me giñaria un poco desde que un amigo me contó que por ahí les salió un oso; me pegaría toda la noche pensando en eso. Por lo demás, aunque hayan pasado más de 20 años, se que volveré, sola, o acompañada. 





Y es que ahí, es donde aprendí a amar las montañas. 

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Meçi